30Jun2022

• La coordinación entre Quiport, la EPMSA, aerolíneas, operadores comerciales, entidades gubernamentales y fuerza pública fue clave para mantener el funcionamiento del aeropuerto.

El aeropuerto Mariscal Sucre de Quito mantuvo abiertas sus operaciones durante los 18 días que duraron las protestas en contra del Gobierno Nacional gracias a un trabajo coordinado entre Corporación Quiport, la Empresa Pública Metropolitana de Servicios Aeroportuarios (EPMSA), las compañías aéreas, las entidades gubernamentales y operadores comerciales que brindan servicio en el aeropuerto, Policía Nacional, Fuerzas Armadas y Petroecuador.

A partir de la experiencia obtenida luego de las manifestaciones de octubre de 2019, los involucrados en la operación del Aeropuerto Internacional de Quito (UIO) desarrollamos planes de contingencia específicos para enfrentar este tipo de amenazas a la operación aeroportuaria.

En el caso de Quito, es importante recordar que el aeropuerto es el único punto de conexión de la ciudad con el resto del país ante un cierre de carreteras y, por supuesto con el exterior, por lo que garantizar su funcionamiento es vital para la capital.

Las protestas obligaron a algunas aerolíneas a cancelar vuelos para responder a la disminución de la demanda de transporte aéreo, en la mayoría de los casos, así como para precautelar a sus pasajeros y tripulantes, en otros casos. En total 103 vuelos fueron cancelados, de los cuales 15 fueron internacionales y 88 nacionales durante los 18 días de paro. Cabe aclarar que el aeropuerto de Quito registra unos 140 vuelos diarios.

Servicios operativos al 100 por ciento

“Uno de los principales retos era mantener los servicios aeroportuarios trabajando al 100 por ciento, por lo que la estrategia de contingencia se centró en resolver dos problemas logísticos: la entrada y salida de los turnos de los empleados, no sólo de Quiport sino de toda la comunidad aeroportuaria, y mantener la cadena de abastecimiento”, explicó Ramón Miró, presidente y director general de Quiport.

Para organizar los cambios de turnos de los empleados se establecieron canales de comunicación con las entidades de control vial para conocer con la mayor exactitud posible el estado de las vías que conectan el aeropuerto con la ciudad a fin de adelantar turnos o extenderlos según la necesidad, con el fin de precautelar la integridad de los colaboradores.

De igual forma, las líneas de abastecimiento se organizaron para aprovechar los momentos en los que las vías se encontraban habilitadas y garantizar que en todo momento los operadores comerciales, en especial las cafeterías y restaurantes, podían seguir atendiendo los requerimientos de los pasajeros.

Además, ante la posibilidad de que los pasajeros que llegaban por vía aérea al aeropuerto no pudieran trasladarse hasta Quito, se definió un plan para contar con espacios suficientes que permitiesen a los pasajeros mantener en el aeropuerto una estancia al menos llevadera, dentro de lo que permitían las circunstancias. Para ello se identificaron tres lugares: un espacio de oficinas ubicado en el edificio administrativo Quito Airport Center, la cafetería para empleados del aeropuerto y, en las noches y madrugadas, las salas de preembarque nacional, que a esas horas no se utilizan, pues no hay vuelos nacionales programados.

El operativo de contingencia para pasajeros debió ponerse en marcha durante la noche del 20 de junio y la madrugada del 21 de junio, periodo en el que grupos de manifestantes cerraron casi por completo las vías de acceso: E35, avenida Oswaldo Guayasamín y Ruta Viva hacia el centro y sur de la ciudad, vía Collas – Aeropuerto hacia el norte y vía Intervalles hacia el valle de los Chillos y San Rafael. Alrededor de 500 pasajeros que no pudieron trasladarse a Quito fueron ubicados en los espacios mencionados y recibieron bolsas de dormir para permanecer en el aeropuerto. Hacia las 04:30 del 21 de junio la Ruta Viva fue habilitada por la fuerza púbica y los pasajeros pudieron trasladarse a la ciudad.

“Desde la Empresa Pública Metropolitana de Servicios Aeroportuarios (EPMSA), representante del Municipio Metropolitano de Quito en el Aeropuerto, nos complace el trabajo conjunto realizado con el Concesionario y operadores gubernamentales y comerciales. Tenemos la satisfacción de no haber parado las operaciones y seguir ofreciendo servicios de calidad a nuestros usuarios 24/7”, dijo Katya Bastidas, gerente general de la EPMSA.

Añadió que: “Este resultado lo obtuvimos gracias al compromiso y esfuerzo de toda la comunidad aeroportuaria, que en ocasiones se mantuvo lejos de casa o hizo lo posible para llegar a sus puestos de trabajo.

En este sentido la EPMSA garantizó la seguridad del aeropuerto con 260 agentes de seguridad AVSEC quienes estuvieron activos durante las 24 horas.

Agradecemos ese gran sentido de responsabilidad que hace del Aeropuerto de Quito ser uno de los mejores en su categoría”.

Combustible de aviación para garantizar la continuidad de las operaciones

Una de las preocupaciones críticas de la administración de Quiport fue asegurar la provisión de combustible de aviación para mantener las reservas en niveles que garanticen la operación de las aerolíneas.

Para ello se diseñó, en conjunto con Allied, la empresa que maneja el servicio de provisión de combustible y Petroecuador como proveedor, un mecanismo de convoy diario entre las instalaciones de la estatal petrolera en El Beaterio, al sur de Quito, y el aeropuerto Mariscal Sucre. El operativo contó permanentemente con el apoyo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional para resguardar la seguridad de los convoyes. De esta manera las reservas se mantuvieron siempre en niveles normales para atender la demanda.

Servicios de carga prestaron atención permanente

Una de las actividades más afectadas por la paralización fue la exportación de carga aérea debido a los cierres de las carreteras que conectan los centros de producción de flores al norte (Cayambe y Tabacundo) y al sur (provincia del Cotopaxi), con el aeropuerto.

El compromiso y la responsabilidad de Quiport se concentró en mantener los servicios de carga operativos para atender a los embarques que, a pesar del cierre vial, continuaron llegando hasta el aeropuerto. Tanto el centro logístico de carga, como las paletizadoras ubicadas en la terminal de carga internacional del aeropuerto, organizaron turnos de trabajo para mantener la operatividad las 24 horas del día. La carga que logró llegar fue procesada en las áreas de consolidación y paletizaje y transportada en las aeronaves de carga.

“Todos los que hacemos la comunidad del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre nos sentimos orgullosos de haber mantenido el aeropuerto operativo todo el tiempo, sin mayores contratiempos y, al contrario, manteniendo los mismos niveles de servicio a los que nuestros pasajeros y usuarios están acostumbrados”, dijo Ramón Miro, quien concluyó: “Hemos pasado una prueba muy dura, pero en el camino seguimos aprendiendo que juntos,

actuando coordinadamente, podemos superar las dificultades y salir fortalecidos de los problemas. Ahora nos concentramos en seguir adelante con la recuperación de nuestra actividad en beneficio de la ciudad y del país”.

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